sábado, 10 de abril de 2010


Ahorro y tacañería


Por JESUS ANTONIO SAN MARTIN


Recientemente se ha dado a conocer una hipotética estadística que indica que los españoles ahorramos uno de cada cuatro euros que ingresamos, según argumentan ciertos noticieros. Eso es exactamente el 25% de los ingresos. De inmediato el pensador nato se pregunta: ¿Cómo es posible que en estos tiempos de severa crisis económica ahorremos los españolitos de a pie el 25% del sueldo, cuando en los añorados tiempos de bonanza a duras penas conseguíamos ahorrar el 10%? ¿Y cómo es que, habiendo subido tanto la vida, tantísimo el paro y no tanto el salario, ahora podemos ahorrarnos la cuarta parte del sueldo?

Otros noticieros exponen que ese 25% de ahorro se refiere a que no gastamos como antes. Es decir, que en lugar de 100 euros solo gastamos, que no despilfarramos, 75, y los otros 25 los cambiamos de bolsillo para lo que pueda surgir, que siempre surge y nos pilla como al que sale de la ducha. Bueno, por ahí ya nos entendemos mejor. A eso ya podemos llamarlo ahorro, aunque no nos entra en la cabeza cómo un honrado menestral, con la modestia de sus haberes, puede ahorrarse 25 euros en el pan suyo de cada día, a no ser que coma un 25% menos de lo que debe comer para seguir manteniéndose con fuerzas para trabajar.

Está demostrado que ahorrar no es otra cosa que tacañear con el dinero, al menos en lo que respecta a los pobres, que somos la inmensa mayoría. Los ricos, que viven gracias al sudor de los pobres, son tela de otro saco y eso del ahorro no es para ellos; lo suyo es la inversión.

Algo anda mal en los datos que nos han colado los señores de la estadística monetaria, ya que un 25% del dinero que se necesita para vivir, porque para superfluidades no alcanza, no puede ahorrarse así como así. Y, si acaso nos parece que ahorramos algo, finalmente viene el tío Sam con los impuestos y nos deja el saco vacío.

(Artículo de contraportada de los semanarios de Publicaciones del Sur)